Consejos para limpiar tu clóset

2022-08-20 12:52:31 By : Mr. WeiPing Wang

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por: Lois Joy Johnson, AARP, 24 de febrero de 2022

 “¿Debería tirar, donar o conservar esta prenda?”. A los 50 años, es una decisión difícil. Nuestra ropa nos ha dado ánimo, confianza, y ha escuchado nuestras penas. Nos ayudó a sobrellevar fluctuaciones de peso, días de trabajo difíciles, entrevistas laborales, citas románticas, matrimonios y divorcios. Es difícil dejarla ir. ¿Deberías conservar ese blazer de hombreras de los años 80? ¡Es de un diseñador famoso! ¿Y qué hay de las botas de vaquero verdes que compraste en un viaje por carretera? ¡Hoy costarían $700! ¿Qué tal todos esos jeans perfectamente desteñidos? Algún día puede que uses jeans talla 27 y él tenga 34 de cintura... otra vez. Como dije, no es fácil. Aquí hay diez maneras de desprenderte de tus prendas de vestir:

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PHOTO BY: Colin Hawkins/Image Source/Getty Images

Un hombre frente a su armario lleno de ropa.

Date un gusto y compra un gran paquete de perchas delgadas aterciopeladas en un color neutro. Te darán un incentivo, una sensación de control, y aprovecharás al máximo el espacio del armario. También harán que tus prendas luzcan organizadas y ocupen menos espacio que en una jungla de perchas de madera, alambre y plástico. Vacía tu armario y límpialo bien hasta el último estante, barra y rincón polvoriento. Pasa la aspiradora, quita el polvo y prepara bolsas de residuos grandes con etiquetas que digan “tirar” y “donar”. Coloca las prendas que posiblemente conservarás sobre la cama hasta la hora de colgar. Ahora estás lista para reducir la cantidad de prendas, eliminar el desorden y hacer lugar para la vida y el cuerpo que tienes hoy.

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Comienza por esta categoría. Todo lo que esté manchado, desgastado, deshilachado, estirado, caído o con mal olor se debe eliminar. Esto incluye camisas y camisetas sucias o deterioradas (revisa las axilas y el cuello); ropa interior y ropa de dormir vieja (incluidos sostenes, medias largas, fajas y calcetines); zapatillas deportivas rotas o estropeadas, chancletas y sandalias sucias (los zapatos tienen poca vida); ropa de gimnasia desgastada y trajes de baño antiguos; camisetas con gráficos y lemas llamativos o inapropiados (los nietos tal vez quieran las camisetas de bandas o equipos); todo lo que haya encogido en el lavado; carteras y mochilas manchadas y deterioradas; y billeteras agrietadas y estropeadas (revisa los bolsillos en caso de que hayas dejado tarjetas, efectivo y documentos). La mayoría de las prendas que mencionamos no están en condiciones de donarse (lee el consejo 6 para conocer una excepción), pero aquí tienes algunas sugerencias sobre lo que puedes hacer con las prendas descartables en vez de tirarlas a la basura: dona las blusas, las camisetas y las sudaderas a un refugio de animales o conviértelas en trapos para tareas domésticas; busca tiendas locales de segunda mano que reciclen ropa para reducir los residuos medioambientales; y echa un vistazo al programa de reciclaje de H&M (enlace en inglés) que recibe lo que llevas y lo clasifica para darle un nuevo uso.

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No somos acumuladoras, pero solemos aferrarnos a la ropa y los accesorios. Deshacerte de tus cosas es algo emotivo, así que trata de ignorar estos obstáculos frecuentes a la hora de donar: “¿Qué sucede si algún día necesito esto para una boda, un funeral o un cumpleaños?”; “¿Qué pasa si este año bajo diez libras?”; y “¡Pero me costó tanto dinero!”. En primer lugar, es probable que la ropa que te gusta ahora sea muy diferente a la que te gustaba hace diez o incluso cinco años. Guíate por tu talle y tu forma reales, el lugar donde vives y tu estilo actual. Piensa en lo que has dejado o te gustaría dejar de usar. Tal vez hayas dejado de usar las blusas que van dentro del pantalón o falda, los tacones altos o los vestidos que requieren faja o limpieza en seco. Tal vez ahora prefieras las camisetas y los suéteres a las camisas abotonadas, los colores más claros al negro, los escotes en V y los cuellos tipo bote a los cuellos redondos o los pantalones a las faldas. Ten en mente tu vida real y tus gustos actuales.

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Los hombres se resisten a vaciar el armario igual que nosotras. Todo lo que ya no se adapte a tu vida real o que no se ha ajustado al tamaño de tu cuerpo durante dos años se debe eliminar. Tal vez hayas dejado la vida corporativa por un trabajo de medio tiempo o uno que haces desde casa; tal vez te mudaste a un lugar que tiene un clima diferente o simplemente prefieres usar ropa más informal. Los trajes viejos pueden ser buenas opciones para donar, pero si te quedan bien (o casi bien), quédate con dos porque sin duda habrá bodas y eventos formales. Regala los jeans holgados y caídos que no se ajustan al trasero, a la cintura o al abdomen; los pantalones y los chinos plisados; las sudaderas y los suéteres demasiado grandes y sin forma; las camisas de vestir que son demasiado pequeñas o demasiado anchas; las camisas que no se pueden usar sueltas si ese es tu estilo actual; las corbatas que nunca vas a usar (conserva tres para usar con los trajes); los cinturones de cuero y los zapatos que estén muy desgastados; los suéteres con bolitas; y los anteojos viejos.

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Créeme, es realmente un alivio donar todo lo que te haga sentir cohibida o culpable por tenerlo colgado en la percha (como los trajes de pantalón de tu antiguo trabajo o un vestido con lentejuelas que ahora es demasiado pequeño). Es una buena manera de evitar lamentarse por donar prendas que compraste porque estaban de moda, como un traje enterizo ceñido o jeans blancos que dejan ver tu ropa interior. Agrega estas también a la lista de prendas que debes descartar: minifaldas y vestidos demasiado cortos o ajustados; botas y botines que hacen daño, aprietan o hacen sufrir a las piernas y los tobillos; blusas transparentes que requieren ropa interior; tacones demasiado altos y zapatillas tipo bailarina sin suficiente apoyo; zapatos de plataforma con los que cuesta caminar; jeans con pedrería, tachuelas o bordados (a no ser que sea tu estilo personal); corsés y halters escotados de hace décadas; vestidos cruzados y blusas abotonadas que no cierran completamente sobre el busto; vestidos sin mangas que nunca usas; y anteojos y gafas de sol pasados de moda.

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Piensa en la reorganización del armario como una forma de ayudar a los necesitados y al planeta. Según el sitio de segunda mano ThredUp (enlace en inglés), una de cada dos personas tira la ropa descartada directamente a la basura, y más del 73% de esa ropa se envía a un vertedero o se incinera en vez de volver a utilizarse. Intenta donar a organizaciones benéficas como las diez que nombramos aquí. Simplemente busca el lugar más cercano donde puedas llevarlas o solicita que las vayan a recoger a tu casa. Dress for Success ofrece ropa de trabajo profesional a las mujeres de bajos ingresos, pero verifica que todo esté limpio o lavado en seco y en buenas condiciones. Goodwill acepta ropa, zapatos y accesorios poco usados de hombre y de mujer. The Salvation Army acepta ropa de hombre y de mujer y distribuye las donaciones mediante una red de tiendas de segunda mano. La Cruz Roja Americana, en asociación con GreenDrop, recibe ropa poco usada y en buenas condiciones de hombre o de mujer. Vietnam Veterans of America (VVA) recibe ropa y accesorios de hombre y de mujer. ¿Y para esos anteojos y gafas de sol? LensCrafters, Pearle Vision, Walmart y Sam’s Club Optical Centers aceptan donaciones. Y aquí tienes otra opción para toda esa ropa que tienes ganas de descartar. Planet Aid acepta ropa usada —incluso la que tiene rasgaduras y manchas leves— siempre que esté limpia.

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Vender las prendas que ya no te interesan supone más trabajo que donarlas, pero puede valer la pena si la ropa es bastante moderna, si está en excelente estado y si es de marca conocida. Las tiendas de consignación son lugares en los que puedes “depositar” las prendas que no deseas a cambio de una comisión para la tienda del 40, 50 o hasta 60% si se venden, según su sistema. La consignación en línea es conveniente si tienes una gran cantidad de prendas nuevas de moda rápida para vender o artículos valiosos de diseñadores de prestigio. Por ejemplo, el sitio ThredUp te envía un kit prepago para que lo lleves a USPS o FedEx, y acepta ropa informal de marcas de centros comerciales como Gap, Ann Taylor y Madewell. The RealReal se ocupa de la ropa de las mejores marcas —como Chanel y Prada— y también proporciona una etiqueta de envío prepago. Ambos sitios autentican, fotografían, cotizan y publican tus prendas. Poshmark tiene marcas tradicionales y costosas —desde H&M hasta Dolce & Gabbana—, pero tú debes ocuparte de publicar las prendas con descripciones, precios de venta y fotos tomadas con tu iPhone. Si se efectúa una venta, Poshmark te dará una etiqueta de envío prepaga. Estos sitios también son excelentes para prendas específicas de relleno, como un vestido de noche especial para el armario que acabas de reorganizar.

PHOTO BY: lisegagne/E+/Getty Images

Los límites entre la ropa de trabajo, informal y formal se han desvanecido. Sabemos que combinar un blazer entallado, una chaqueta de cuero negra o una blusa amplia con jeans es una solución moderna para tener estilo a los 50. Hemos aprendido que los pantalones ceñidos —como las calzas, los jeans o los pantalones ajustados— combinan mejor con prendas sueltas y largas, como los suéteres holgados, las túnicas y las blusas asimétricas. Los colores neutros de cualquier tono se pueden combinar, pero nos hacen parecer más altas y delgadas cuando se usan en un conjunto monocromático: el mismo color de la cabeza a los pies. Hemos comprobado que las faldas y los vestidos en línea A favorecen la silueta, que las faldas y los vestidos hasta la rodilla permiten llevar las piernas descubiertas, que unos zapatos increíbles mejoran cualquier atuendo, y que mezclar y superponer joyas facilita la combinación de oro y plata y de piezas reales y de fantasía. El estilo es algo personal, y solo tú puedes decidir las piezas básicas que querrás conservar. Entonces, ¿por qué no usar ese blazer de Donna Karan con jeans y una camiseta? Un sastre puede reducir fácilmente las hombreras para darle una nueva vida y poder conservarlo.

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La reorganización de armarios presenta un problema complicado: lamentarnos por las prendas que dejamos ir. Después de donar ropa, algunas personas dicen que fueron demasiado apresuradas, demasiado despiadadas, y que echan de menos ciertas prendas. Mi consejo es usar el proceso de decisión como una oportunidad para volver a conectarse con las prendas favoritas y ver si hay alguna forma de renovarlas y usarlas (consulta el consejo 8). Pruébate todo antes de decidir y hazte esta gran pregunta: ¿cuándo fue la última vez que usaste esa prenda? Si no la has usado, ¿por qué no? Estas son las prendas más añoradas que merecen otro vistazo antes de donarlas:

Prendas clásicas: gabardinas, sacones, abrigos entallados, blazers, suéteres negros, botines, bufandas, camisas de lino, zapatos de salón negros o color piel, mocasines, vestidos negros cortos

Prendas audaces: todo lo que sea estampado de leopardo, chaquetas de cuero negro (blazer, estilo moto o aviador), tus jeans favoritos de lavado claro, sombreros de fieltro con ala, carteras con tachuelas y flecos, zapatos y sandalias metalizados

Prendas deportivas: rompevientos con capucha; chaquetas impermeables; zapatos náuticos impermeables; camisas de cambray, mezclilla o franela perfectamente amoldadas a tu cuerpo; chalecos acolchados

Prendas difíciles de encontrar cuando las necesitas: blusas con péplum, botas de lluvia que parecen de cuero, medias largas de red color piel, vestidos de punto estampados, cinturones con pedrería y zapatos con adornos, jeans blancos, carteras y zapatos de cocodrilo en relieve

Prendas nostálgicas: un recuerdo de los “días de gloria”, como una sudadera de la universidad, una camiseta de un equipo deportivo, tus carteras con logotipos

PHOTO BY: Julien McRoberts/Getty Images

Cuelga y apila todo por color. Esto significa colocar todas las prendas negras juntas, todas las azules juntas, todas las verdes o marrones juntas, etc. Olvídate del tono, la temporada y las telas. Dentro de cada grupo de colores habrá una gama de tonos que van de los claros a los oscuros, variedades de texturas y telas, temporadas, colores sólidos y rayas o estampados, estilos muy informales y elegantes, entallados y holgados. Dobla y apila suéteres, prendas de punto y camisetas por color y organiza los zapatos también por color. Ahora cuelga juntos los artículos similares de cada grupo de colores, así que en el grupo azul van todos los jeans azules juntos, todas las camisas azules juntas. Este sistema reduce a la mitad el tiempo que tardas en encontrar la ropa y vestirte, y te da más confianza para mezclar y combinar. Nunca volverás a decir: “¡No tengo nada que ponerme!”.

Lois Joy Johnson es una editora de belleza y estilo que se enfoca en las mujeres mayores de 50 años. Fue editora de belleza y estilo en Ladies' Home Journal y editora fundadora de la revista More. Ha escrito tres libros: The Makeup Wakeup, The Wardrobe Wakeup y The Woman's Wakeup.

Somos una asociación no partidista, sin fines de lucro, que ayuda a las personas mayores de 50 años a mejorar la calidad de sus vidas.

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