Las alfombras son un elemento clave en la decoración. Además de transformar los ambientes con sus diseños y de ayudar a delimitar espacios, sirven para proteger el suelo y ofrecen aislamiento térmico y acústico.

Suelen estar en el living, el comedor y el dormitorio, aunque también pueden verse en recibidores, pasillos y cocinas. ¿Y los materiales? Existe una diversidad que va de las tradicionales de lana y algodón a las de fibras vegetales pasando por fibras sintéticas como el vinilo.

Ahora, para que una alfombra se mantenga impecable es necesario hacer tareas de mantenimiento. Ayuda establecer rutinas de limpieza semanales y complementar con una limpieza a fondo una vez al año. A continuación, algunos tips para que se luzcan.

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Al adornar los pisos, estos textiles están expuestos al tránsito constante de los habitantes de la casa y a la suciedad. Y, si no se limpian con frecuencia, pueden ser un gran foco de polvo. Por eso, una primera clave para mantenerlas impecables, más allá del material, es aspirarlas.

Como recomendación general, hay que aspirar dos veces por semana, lentamente y de forma regular, cubriendo toda la superficie. Además, si el tamaño lo permite, lo mejor es sacudirla en el exterior y dejar que se ventile, para terminar de eliminar la mugre.

¿Y las marcas? Muchas veces apoyamos sillones o mesas sobre una alfombra, y con el tiempo el peso de estos muebles va dejando marcas en el material. Para evitarlo, lo mejor es rotarla con frecuencia.

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Con respecto a los malos olores, una solución (tanto para lana y algodón como para fibras sintéticas) es espolvorear bicarbonato sobre la superficie, dejarlo actuar un par de horas y luego aspirar.

Y sobre las manchas, hay una recomendación muy simple: actuar cuanto antes. Hay productos en aerosol o espumas específicas para limpiar alfombras, y también remedios caseros como vinagre diluido en agua o agua con amoníaco. Todo dependerá del material y del tipo de mancha.