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Texto: Jara Marín Vega

Si Dinamarca nos contagia el placer de las pequeñas cosas con su filosofía hygge, Suecia nos inyecta la plenitud del equilibrio a través de su lagom. Un concepto que, aunque no tiene traducción literal, ellos entienden como «suficiente, adecuado, en su justa medida». Esa es su receta de la felicidad, pues la clave no está en tenerlo todo, sino en tener únicamente aquello que necesitamos.

La moderación, por tanto, es la base de esta forma de pensar que promueve un estilo de vida consciente basado en valores como la igualdad, la sensatez y el respeto a todos los niveles. El lagom es también sinónimo de responsabilidad: contigo y con tu entorno; por lo que no es de extrañar que el cuidado del medio ambiente y el consumo responsable constituyan dos de sus máximas.

Así, los hogares lagom no solo buscan la creación de espacios armoniosos, sencillos, acogedores y libres de excesos innecesarios, sino que también se ocupan de que estos sean sostenibles mediante acciones diarias que ayuden a reducir el gasto energético y el impacto medioambiental.

En interiorismo, esta filosofía se centra en dar mayor protagonismo a las experiencias que a las posesiones, convirtiendo tu hogar en un refugio donde nada falte, pero nada sobre. Un lugar en el que estética y funcionalidad estén en perfecto equilibrio.

Descubre esta y otras claves de la decoración lagom, la receta sueca para hacer de tu casa un lugar más feliz que te proporcione paz y sosiego nada más cruzar la puerta.

El equilibrio es una constante en el lagom. Un principio que debe regirlo todo y que en decoración se aplica buscando la proporción precisa entre diseño y artesanía, tamaño y distribución del mobiliario, pasado y presente, belleza y utilidad.

Combina objetos que compensen esta dualidad y encuentra la medida adecuada para ti. Despeja las estancias y libera los espacios de muebles y piezas decorativas que cargan visualmente una misma zona y distribúyelos de una forma equilibrada.

El minimalismo es una de las claves del lagom. Ni mucho ni poco. Ni demasiado ni insuficiente. Lo justo. Lo necesario. Esa es la medida exacta para este estilo decorativo que apuesta por la sencillez y la armonía.

Elimina lo superfluo, deshazte de lo prescindible y conserva solo aquellos elementos que realmente tienen una utilidad y un valor para ti.

Orden y lagom van de la mano, pues es evidente que la armonía no puede reinar en medio de la desorganización y el caos. Por eso es importante que cada cosa tenga y ocupe su lugar.

Los muebles con cajones o puertas, las vitrinas y las estanterías son grandes aliados para mantener el orden de una forma estética y funcional. Además, puedes utilizar botes de cristal y cajas para guardar y clasificar objetos, tanto los que estén a la vista como los que no. Se trata, en definitiva, de decorar ordenando (o a la inversa) para liberar espacios y tenerlo todo a mano y localizable.   

Para hacer de tu hogar un lugar más acogedor, apacible e íntimo, nada mejor que rodearte de elementos personales con una fuerte carga emocional: fotografías, recuerdos de viajes, elementos DIY, objetos familiares que pertenecieron a tus antepasados…

La idea es que mires donde mires, veas algo que te haga sentir en casa y te resulte agradable a la vista y al corazón

El lagom apuesta por una paleta cromática neutra para aportar calma y serenidad. Sin embargo, esto no quiere decir que no pueda haber una pared decorada con un papel estampado o un color más vivo y llamativo.

Puedes combinar diferentes tonos y colores tanto en las paredes como en el mobiliario u otras piezas decorativas. Eso sí, escógelos pensando siempre en mantener un cierto equilibrio para no sobrecargar

Las plantas y la luz natural llenan de vida, armonía y frescura cualquier estancia. Además, aportan bienestar y paz. Sensaciones que también desprenden los elementos creados con materias naturales y sostenibles como madera, bambú, ratán o mimbre.

En los textiles, puedes optar por tejidos orgánicos de algodón, lino o lana, para conseguir esa conexión con la naturaleza y proporcionar un extra de calidez.    

En su defensa del consumo responsable, el lagom apuesta por elementos decorativos de calidad que perduran en el tiempo y que pueden ser reciclados y reutilizados tantas veces como quieras. De este modo, invita a a priorizar la calidad por encima de la cantidad y a reflexionar detenidamente sobre tus necesidades antes de comprar.

Si estás pensando en deshacerte de alguna pieza que te ha acompañado durante un largo periodo de tiempo —como esa cómoda que tienes arrinconada—, quizá deberías valorar primero cómo quedaría si la pintaras de otro color, si la cambiaras de sitio o si sustituyeras sus tiradores por otros con más personalidad. ¿Seguro que ya no la quieres?

Periodista freelance y amante de la literatura. Escribir y leer siempre han sido mis dos grandes pasiones. Hoy puedo decir que sobrevivo, en todos los sentidos, gracias a ambas. En mi casa nunca faltan libros ni velas. Además, me encanta tener siempre a mano un boli y una libreta, y el móvil, en silencio.

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