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Acercar el mundo de la biodiversidad canaria a los niños y las niñas a través de las aves endémicas del Archipiélago. Con ese propósito se inauguró el pasado jueves la exposición BIOdiversidad AVES en el centro sociocultural La Casa Verde de Firgas, iniciativa impulsada por cuatro mujeres artistas y comprometidas con la conservación del medioambiente, con la colaboración del colectivo La Vinca Ecologistas en Acción. "Es un trabajo divulgativo para los más peques", comenta Mario Marrero, vicepresidente de la Vinca.

Fotografías de pájaros que habitan en zonas de campo como herrerillos, mosquiteros canario, pintos y cigüeñuelas, y también de aquellos más comunes que pululan por los espacios públicos y urbanos como los capirotes y los mirlos, adornan las paredes de la sala en la que está instalada la exposición. "Los niños al ver las fotografías se interesan más", asegura Paqui del Rosario, quien se ha encargado de capturar las imágenes de las aves en su hábitat natural en diferentes puntos de la isla de Gran Canaria.

"Da pena ver un pájaro en la jaula", reza un verso de Gloria Fuertes expuesto a un lado de la sala. Recreaciones de pájaros de gran realismo confeccionadas con lana copan las ramas de un árbol, en un extremo de la exposición. Fabiola Santana y Carolina Pérez idearon esta propuesta respetuosa con el medio ambiente que posibilita conocer especies animales sin necesidad de que estén enjauladas.

Estas piezas se elaboran con "lana peinada y cardada", explica Santana. "El proceso se realiza con una aguja de afieltrado y vas compactando la lana, uniéndola, y con la aguja vas moldeando y dando forma como si fuera un cincel". Un trabajo minucioso pero que "es terapéutico", asegura. "Al trabajar con las manos hay un montón de beneficios para la salud, como son trabajar la psicomotricidad y desarrollar la creatividad y, si se hacen en talleres en grupos, también las capacidades sociales".

Algunas de estas cuidadas figuras están colocadas en cajas nido recreadas con materiales reciclados. "Prácticamente de maderas recicladas de cajas de frutas", aclara Rita Rodríguez, quien, con la ayuda de su familia y especialmente de su padre, las ha fabricado. "Las hemos hecho más pequeñitas, más ornamentales", reconoce.

Exposiciones como esta contribuyen a que desde edades tempranas se piense y reflexione sobre la necesidad y conservación de la biodiversidad, amenazada por los efectos del cambio climático. "Las estaciones están cambiando. Las aves crían en primavera, pero este año desde diciembre ha hecho buen tiempo y mirlos, mosquiteros y herrerillos en vez de sacar una anidada al año, sacan dos o tres", asegura Marrero. "Han criado incluso en pleno invierno. Lo que pasa es que las temperaturas son muy altas", interviene Del Rosario.

Acciones irrespetuosas del ser humano ponen también en peligro nuestra fauna y flora. Es lo que ha pasado con la introducción de la culebra real de California en Gran Canaria, que ha terminado por derivar en una invasión. "Pone más huevos en Canarias que en California, una media de tres o cuatro más al año", sostiene Marrero. La misma situación sucede con la cotorra argentina: "está haciendo muchísimo daño aquí. Está desplazando a muchísimas de nuestras aves. En el parque Doramas ya no hay prácticamente mosquiteros ni herrerillos, y aquello estaba siempre lleno. Ahora están ellas", afirma Del Rosario.

Frente a ello, Rodríguez argumenta que hay que "cuidar el medio y no intervenir. Respetar lo nuestro y lo de fuera". Además, desde el colectivo recuerdan comportamientos básicos que se deben seguir con el fin de cooperar en la conservación y protección del medioambiente, tales como no tirar basura en las calles ni aguas, no comprar ni utilizar productos derivados de especies en peligro de extinción y optar por destinos turísticos cuyos prestadores de servicios sean responsables con el uso del agua, la energía y la biodiversidad.

"Para nosotras, desde la Vinca, es un placer esta iniciativa porque pocas veces hay propuestas en las que se combina la propuesta artística con la de discurso de protección del medio, como en este caso", revela Marrero.

La exposición ya contó con un espacio en la Casa de la Cultura de Arucas, en donde estuvo las dos últimas semanas. Las artistas se muestran satisfechas con el resultado. "Fue un montón de gente y la verdad que estuvo muy bien", comenta Del Rosario, quien añade que la gente le preguntaba cómo había tomado las imágenes, ya que no es sencillo fotografiar aves que, al más mínimo estímulo, vuelan. "Cada vez que desde el colectivo hacemos una conferencia o una exposición siempre nos acompaña mucho público interesado", añade Rodríguez.

Las organizadoras no tienen previsto mover la exhibición a otros lugares, pero "estamos abiertas a cualquier municipio y colegio que esté interesado".

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