Inicio Estilo de vida ¿Qué tener en cuenta antes de poner el árbol de Navidad?

Si eres una amante de la decoración y la Navidad te toca el corazoncito, sin duda, disfrutarás de esta época del año. Ya toca ir preparando e ideando cómo pondrás tu árbol de Navidad 2021. Es momento de elegir la fecha perfecta para ti, muchos eligen el puente de diciembre (por la Constitución y la Inmaculada) y otros se adelantan cada vez más. ¿Por qué esperar? Si ya tienes hasta la flor de Pascua…

También llevan razón, si vamos a invertir tiempo y esfuerzo en conseguir el árbol de Navidad perfecto, cuanto más tiempo disfrutemos de él en casa, mejor. ¿Qué debes pensar antes de poner el árbol? Repasamos punto por punto todas las claves que necesitas valorar para conseguir un resultado bonito, equilibrado y elegante.

Si nos decantamos por un abeto natural, hemos de tener en cuenta que será necesario regarlo y cuidarlo, a pesar de lo cual acabará perdiendo poco a poco sus hojas. Además, los árboles de navidad naturales soportan menos peso, son menos resistentes al roce y han de colocarse lejos de fuentes de calor como radiadores o chimeneas.

Si por el contrario optamos por uno artificial, encontraremos diferentes calidades en función de la frondosidad y el tamaño. Cuanto más frondosos, mejor será el resultado con la decoración. Eso sí, hay que tener en cuenta que también tendremos que mantenerlo alejado de fuentes de calor, así como almacenarlo bien protegido para que se mantenga en buen estado de un año para otro.

Dentro de las opciones artificiales encontramos árboles de Navidad especiales con todo tipo de efectos (brillo, nieve, luces, etc.) y colores.

Ha de ser acorde con el de la casa y la estancia, así como guardar coherencia con el espacio disponible. Aunque nos atraigan los abetos gigantes que se suelen mostrar en las páginas de decoración, tenemos que pensar si el tamaño es adecuado para las dimensiones de nuestro hogar. Igualmente, colocar un árbol de Navidad demasiado pequeño suele resultar bastante chocante, de forma que es casi preferible prescindir de él en la decoración navideña.

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Es imprescindible que no esté cerca de fuentes de calor, pero también que permanezca visible a la vez que no entorpezca el paso. Otro factor a considerar es que no quede al alcance de los más pequeños, sobre todo si tiene adornos peligrosos. Lugares como el recibidor o el salón suelen ser los más frecuentes, aunque también podemos colocarlo en un exterior. Si es pequeño, podemos situarlo sobre algún mueble para que quede a la altura de la vista.

Igualmente es importante que el árbol de Navidad quede ubicado cerca de una toma de corriente, que necesitaremos para encender el alumbrado cada vez que así lo queramos. A ser posible, sin dejar antiestéticos cables o alargaderas a la vista.

Nórdico, naif, clásico, romántico, chic, minimalista,… Ante todo conviene tener en cuenta el estilo de la estancia en la que se ubica el árbol y si está más o menos decorada o saturada de muebles y adornos.

Y es que siempre debemos tratar de compensar: si la habitación está profusamente decorada, conviene elegir una opción más bien sencilla y poco recargada. Si el ambiente que lo rodea no está muy decorado, podemos jugar con más libertad con los elementos, colores, iluminación, etc.

Conviene elegir una paleta de color determinada, protagonizada por uno o dos colores. Algunos de los más típicos son el dorado, el rojo, el plateado y el blanco. Pero jugar con cualquier tonalidad es posible, sobre todo teniendo en cuenta los colores ya presentes en la decoración de la estancia, bien para conjuntar, combinar o crear contraste.

Es un elemento que a veces solemos olvidar en un segundo plano, pero lo cierto es que conviene tenerlo en cuenta desde el principio. De hecho recomendamos que sea lo primero que coloquemos, antes que el resto de adornos. De esta manera podremos ubicar el resto de adornos respetando los puntos de luz que nos interese para así conseguir un árbol de Navidad bien iluminado.

Por otra parte, hemos de tener en cuenta que el estilo de la iluminación ha de guardar cierta coherencia con el resto de elementos decorativos. El color de las luces es importante: las hay cálidas, frías, más o menos sutiles, con efectos, de colores, con formas en las bombillas, etc. Debemos elegir la que mejor se ajuste al tipo de decoración que hemos elegido sin sobrecargar visualmente.

En general, recomendamos que los adornos se engloben todos dentro de un mismo estilo, con colores que combinen entre sí, tanto bolas como elementos colgantes. Por un lado, podemos combinar varios tipos de bolas, entre más sencillas y más recargadas, con distinto acabado (brillo o mate) o color. Lo importante es salpicarlas por el árbol de forma que queden bien repartidas.

Aparte, más allá de las típicas bolas del árbol, hoy en día encontraremos todo tipo de adornos en materiales y acabados muy diversos: madera, cristal, metal, fieltro, etc. Es importante no descartar figuras y elementos que no sean típicamente navideños, ya que pueden darnos mucho juego a la hora de crear un árbol de Navidad único y original. Es decir, que no todo tienen que ser estrellas, ángeles, abetos y figuras de Santa Claus.

Por último, no puede faltar una estrella que corone la copa del árbol o, si lo preferimos, un objeto decorativo alternativo, aunque con gran presencia y diferente a todos los demás.

Aunque no son imprescindibles (puede que al terminar de colocar los adornos colgantes el árbol quede suficientemente decorado), pueden darle un acabado especial. Las guirnaldas clásicas de espumillón pueden usarse en árboles no demasiado recargados con adornos para no saturar y simplemente rellenar espacio decorativo.

Además de esta opción tradicional, podemos optar por guirnaldas a base de lazo (liso, decorado, de malla, etc.), cadenetas con adornos-joya, guirnaldas con adornos de fieltro, motivos naturales, adornos vegetales con acabado metalizado.

Especialmente cuando nuestro árbol de Navidad es artificial, ocultar el pie marcará la diferencia y dará naturalidad al acabado, además de integrarlo mejor en la decoración de la estancia. Para ello, podemos recurrir a telas bonitas que encajen con el estilo elegido, paquetes de regalo ficticios que podemos crear nosotros mismos, figuras navideñas de gran tamaño, cestos bonitos, faroles de distintos tamaños, etc.

Primero, si se trata de un abeto artificial, es esencial colocar bien las ramas y hojas e incluso limpiarlo con un paño húmedo si es preciso.

Después será turno de la iluminación. Ha de quedar bien repartida y visible antes de colocar cualquier adorno. Para repartirlas adecuadamente es aconsejable comenzar a colocarlas de abajo a arriba y de dentro a afuera, dentro de las posibilidades. Lo más práctico es hacer una prueba de encendido para ver cómo queda antes de seguir decorando.

A la hora de colocar los adornos hay que tener en cuenta la perspectiva de visualización siempre, para que ningún rincón quede descuidado. A su vez, podemos reservar los elementos que más nos gustan para los espacios más visibles del árbol.

Lo más sencillo es comenzar primero por los adornos de mayor tamaño para que queden bien repartido y ubicados, para después ir colocando los pequeños en los huecos disponibles. La idea es alternar figuras, colores y acabados para que todo quede bien repartido.

Por último, tendremos que cubrir el pie del árbol con alguno de los elementos que hemos mencionado antes y ya solo nos quedará disfrutar de nuestra decoración navideña.

Foto: El Corte Inglés

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